Compartir es vivir

La vida es una red

Seguimos con el mismo pensamiento androcentrista de hace cientos o miles de años, el hombre es la gran creación para unos y el súmmum de la evolución para otros.

Nos creemos, y nos lo creemos de verdad que estamos en la pirámide de la cadena trófica, y también de la catastrófica, y de la pirámide evolutiva.

Como alguien, en un libro considerado sagrado como la Biblia consignó que Dios dijo: creced, multiplicaos y dominad la tierra, lo cogimos al pie de la letra como especie según nos fuimos desentendiendo de la casa en la que habitamos que es enorme.

Tu casa no es solo tu vivienda, es todo el planeta, y, aunque te consideres mejor que un hormiga o un cardo, en realidad, pese a lo que pienses, no es así. Todos formamos parte de la vida, de la red de la vida.

Cuando hablo del Gran Tejido, es porque toda la vida está entretejida entre sí.

Las plantas se comunican por las raíces, los árboles tienen un sistema de internet que ya quisiera el ser humano y un sistema de defensa en las hojas a base de sustancias que segregan y que el árbol de al lado recibe y lo comunica a todo el bosque. Esa red micelial, de la que hablaré con mucho detenimiento en otro artículo es una verdadera maravilla. La BBC tiene un pequeño corto animado para explicarlo que puedes ver aquí.

 

Y aún desconectados, pertenecemos a red de la vida sin duda alguna. Por más que martiricemos todos los ecosistemas del mundo, cambiemos el clima gracias a la tala masiva que produce desertización y no sintamos a Madre Tierra como un ser vivo, sino como una propiedad, somos parte del Gran Tejido.

Tejido que estamos destruyendo, y que nos llevará a la extinción.

Suena muy catastrofista, pero es la verdad. El ser humano necesita aire para respirar y agua para vivir, y estamos talando nuestros pulmones y envenenando de diferentes maneras todo el agua dulce del planeta que tan solo es un 4%.

 

agua dulce, agua salada, agua, tierra

Infografía del agua del planeta: Fuente: Ágora, el diario del agua

 

Urge volver a sentir que somos parte del Gran Tejido. Es urgente que dejemos de ver separación entre Madre Tierra y nosotros como especie.

Urgentísimo es poco para volverá recuperar el tejido destrozado y perdido y sobre tener claro que el futuro será vegetal o no será.

Las plantas representan casi la totalidad de la vida. Todos los animales juntos, incluido el hombre, representan sólo el 0,3% de la vida en peso. Todos juntos. Las plantas son el 85%. Es necesaria una concepción diferente y nueva de la vida, para que le hombre no se vea como rey y señor sino como parte de una red.

Nuestro futuro como especie depende de eso.

Cuando el ser humano entienda, y espero que ese entendimiento no llegue tarde, que somos una parte ínfima de todo lo que hay vivo en este mundo que se ve y en los otros mundos que no se ven, volveremos al origen.

 

No siempre estuvimos desconectados de nuestra verdadera naturaleza

No siempre devastamos conscientemente hasta no dejar nada fértil.

No siempre masacramos otras civilizaciones, aunque la violencia forma parte de la historia humana desde que es recogida, aunque sea solo por restos arqueológicos.

No siempre nos sentimos los dueños de todo.

 

polución, radiación, devastación, destrucción

 

 

Hubo un tiempo en que nos sabíamos parte.

Hubo un tiempo en el que todo el tejido estaba conectado entre sí, lo sabíamos, lo sentíamos y vivíamos en la Red la  Vida, celebrando los cambios del Círculo.

Son muchos los corazones que sienten que volverá a ese momento de conexión, que aprenderemos de los errores, que los contaremos para que no sean repetidos. Y esos corazones que sienten, actúan, todos los días, en primera persona, siendo activistas de la vida, actuando en el único mundo en el que pueden cambiar algo: su mundo pequeño, su realidad más cercana.