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¿Hay huella de carbono espiritual?

Hablamos de consumir productos de kilómetro cero y de temporada, y ecológicamente nos parece correcto.

 

¿Hay huella de carbono espiritual?

Hablamos de consumir productos de kilómetro cero y de temporada, y ecológicamente nos parece correcto.

Pero, si hablamos de espiritualidad, aunque la huella de carbono puede parecer inexistente, la hay, porque hay productos de otras zonas del mundo, que se compran para la práctica espiritual que hayamos decidido tener.

Ser europea y adorar o venerar dioses y diosas de Perú, por ejemplo, o de México no deja de ser una apropiación cultural que deja huella, mucha huella.

Es una renuncia a las propias tradiciones de la tierra en la que hemos nacido, un juicio vertical en el que nos parece mejor lo de otros sitios, que los de nuestro lugar de origen.

El circulo de la vida de la tradiciones indígenas y nativas de cada parte del mundo, está basado en la experimentación de las estaciones de la Tierra y de las conexiones de la vida que allí habita.

Yo no me siento cerca de las enseñanzas de una foca o un oso polar, porque nunca los he visto en el hábitat en el que vivo, pero si puedo sentirme cerca de un muflón, de una zorra o de una comadreja incluso, porque los he visto de cerca, y la orografía del terreno en el que viven es la misma orografía en la que vivo yo.

Hasta la forma de las rocas y las montañas me es cercana, mis huesos, con todo mi ADN ancestral resuenan en esas rocas, pero no con el monte Fuji, por muy sagrado que sea en Japón para sus religiones y caminos espirituales.

El agua que toco, el aire que siento en mi piel es real, pertenece a mi ínfima parcela de vida, donde soy una más en un conjunto inmenso de vida. Respirar el aire de Cuzco estando en Toledo, es como………

La Tierra que piso y todas sus líneas de poder, están en contacto con todas esas líneas de poder de esos lugares poderosos y lejanos que tanto pueden llamar la atención a otras personas.

Pero no se puede querer ser negra porque así lo he decidido, se nace negra o no se nace.

Puede decidir hablar finés y checo, pero no seré finlandesa o checa, a menos que me vaya a vivir durante mucho tiempo a esa zona del mundo, y me quede allí, integrándome con su tierra y su cultura.

No me puedo considerar alta si mido 1.60, mido lo que mido, y no seré alta ni encaramada encima de una silla.

¿Quiero decir con esto que las persona de Madrid que quieren vivir dentro de un camino religioso del antigua Egipto y sus dioses y diosas están equivocadas?

Pues no, para nada, no puedo decir que los demás estén equivocados, sin decir que mi opción es la única verdadera. Por eso solo hablo de mí. De mi verdad verdadera, que la vivo y la siento ,y, que como resto de opciones es igual de respetable.

 

Además estoy abierta en todo momento a cambiar, porque es lo único que para mi permanece: el cambio. Qué contradicción ¿no?

 

Hago toda esta reflexión desde mi manera de ver el mundo, y, se trata solo de eso, de una reflexión desde mi manera de ver la vida.

 

Puede que estés completamente en contra de todo lo que he expresado, e incluso que estés en contra de la apropiación cultural, aún celebrando ritos de antiguas culturas ya extintas, porque tu espíritu sienta esa necesidad.

 

Pero, de alguna manera, para mí, y repito, para mí, es querer ser negra siendo blanco o querer ser japonesa habiendo nacido en Badajoz.

 

Que cada persona encuentre su camino espiritual desde su verdad interior y lo viva todo lo profundo que su espíritu requiera sin hacer daño a nadie por el camino.

 

Yo he encontrado mi camino espiritual, y, en base a él hablo, comento y medito. Si este camino te resuena perfecto, y si no, es perfecto también.

 

La libertad de ser, de estar, de pensar o de sentir no puede estar por debajo de las ideas de otras personas de como deberían ser las cosas.

 

Personalmente he elegido espiritualidad de kilómetro cero. Allá donde esté mi cuerpo está mi hogar en la Tierra, siempre que mi cuerpo esté en alguna parte del planeta estoy en el kilómetro cero. Pero tiene que estar mi cuerpo, pisando esa Tierra, respirando ese aire y viviendo allí los cambios que Su naturaleza para que sea kilómetro cero.

 

Toda la Tierra es mi hogar, toda la Tierra es lo que soy. Allá donde yo esté estará mi hogar: Madre Tierra.